Un ángel que dio su vida luchando por Israel

Al comienzo de la guerra de Gaza, llegó hasta la pantalla de mi computadora una foto de un joven con tefilín. Nunca antes lo había visto, pero instantáneamente me sentí atraído por su apariencia angelical, hablando serenamente con Dios.

Me quedé observando la foto un momento antes de comprender el contexto de la misma: se trataba de uno de nuestros soldados caídos en la frontera de Gaza.

"¡No! ¡No él!", grité a viva voz. "¡Por favor, no él!".

Iosef Malaji Guedalia (22) de la unidad elite comando Duvdevan, estaba en Jerusalem cuando Hamás comenzó su ataque. De inmediato Iosef fue al frente, enfrentando a decenas de terroristas fuertemente armados con ametralladoras, granadas y lanzacohetes.

En una batalla inimaginablemente espantosa en el kibutz Kfar Aza, Iosef brindó asistencia inmediata a los civiles heridos y los evacuó a un lugar seguro.

Luego, sin dudarlo, corrió valientemente de regreso al campo de batalla para enfrentar al mal y proteger a los inocentes.

Iosef fue asesinado en un intenso fuego cruzado, pocos días después de celebrar su primer aniversario de bodas.

Lo enterraron en el cementerio militar Mount Herzl en Jerusalem.

Beit Shemesh

Con la imagen sagrada de Moshé fija en mi mente, viajé a Beit Shemesh para visitar a la familia Guedalia en la shivá.

Su hogar estaba repleto de cientos de personas de todos los sectores de la sociedad, incluyendo al miembro de la Kneset Moshé Abutbul, que habían llegado a llorar con ellos, consolarlos y compartir recuerdos.

Descubrí que la familia Guedalia es una conocida y amada familia angloparlante. El padre de Iosef, David, es un ejecutivo de alta tecnología que hizo aliá desde los Estados Unidos. La madre de Iosef, Dina, es originaria de Manchester, Inglaterra. Senai, la esposa de Iosef, hizo aliá desde Boston.

Todos comentaban que Iosef era una persona amable y muy dulce, con una sonrisa de oreja a oreja y una chispa en sus ojos; que estudiaba Torá en cada momento libre y que era un gran atleta. Iosef era amado por todos, el hijo que cualquier padre puede soñar.

"El segundo nombre de Iosef es Malaji, que significa 'mi ángel'. Lo llamamos 'ángel' porque eso era", me dijo el padre de Iosef.

Iosef siempre guio con su ejemplo. Los amigos del ejército describen cómo siempre se esforzaba al máximo para ayudar a los demás. Se ofrecía voluntariamente para hacer los trabajos "sucios", sin buscar la fama.

Esto provocó algunas bromas afables entre sus compañeros soldados, quienes llamaron a Iosef "fraier", un término hebreo para referirse a alguien de quien "se aprovechan". Entonces el comandante del grupo intervino y dijo: "¡No! ¡Todos debemos emular el ejemplo de Iosef!".

Asher, el hermano de Iosef, también es un soldado y se enteró de la muerte de su hermano mientras luchaba cerca de Gaza. Él describe los principios claves de Iosef:

• No te quedes quieto ante la sangre derramada de tu semejante
• Ayuda al pueblo de Israel en momentos difíciles
• Nunca te alejes por miedo

Eliahu con botas del ejército

"Iosef era el profeta Eliahu con botas del ejército", me dijo Asher. "La gente muere. Los ángeles no mueren. Cada día decimos la bendición: 'que vuelves a dar vida a los muertos'. Creo que voy a volver a ver a Iosef. Él va a regresar, con buenas noticias para el pueblo judío".

La madre de Iosef hace eco a este sentimiento. "Estoy calma y tengo fe. Iosef está ahora donde necesita estar. Sé que de esto van a salir grandes cosas. Solo estoy esperando recibir las buenas noticias".

¿Qué podemos hacer en honor a la memoria de Iosef? "Aspirar a ser como Iosef", nos alienta Asher. "Cuelguen su foto en cada casa y ieshivá. Esfuércense por lograr su nivel de heroísmo y rectitud".