Un diálogo respetuoso

09/01/2024

2 min de lectura

Vaerá (Éxodo 6:2-9:35 )

"Dios habló a Moshé y a Aharón y les encomendó acerca de los hijos de Israel y acerca del faraón, rey de Egipto, para sacar a los hijos de Israel de la tierra de Egipto" (Éxodo 6:13)

Este versículo parece redundante. Sólo dos versículos antes, la Torá dice: "Dios habló a Moshé diciendo: 'Ve y habla al faraón, rey de Egipto, para que envíe fuera de su tierra a los hijos de Israel" (Éxodo 6:10-11). Rashi explica que el segundo versículo implica que Dios les dijo que hablaran respetuosamente al rey de Egipto.

¿No es esto un poco extraño? Moshé iba a advertirle al faraón sobre las diez plagas que sufriría. En el palacio, ante la presencia de todos los ministros, Moshé iba a hablar duramente al faraón. ¿Cómo podía ser eso respetuoso?

Rav Iehudá Leib Chasman dice que no había manera de evitar dar las advertencias al faraón. Sin embargo, aunque había que decir lo que se debía decir, todavía podía decirse con respeto y no con indignación. De hecho, vemos que cuando Moshé le contó al faraón acerca de la plaga de los primogénitos, un momento en el cual Moshé estaba enojado, sin embargo dijo: “Entonces todos estos siervos tuyos descenderán a mí y se postrarán ante mí, diciendo: 'Vete, tú y todo el pueblo que te sigue'” (Éxodo 11:8). Rashi dice que Moshé en verdad quería decir que el propio Faraón se inclinaría ante él y le suplicaría que sacara a los israelitas de Egipto, pero por respeto al rey dijo: “todos estos siervos tuyos descenderán hacia mí y se inclinarán ante mí”. (Or Yahel, 2).

La Torá nos está enseñando que incluso cuando debemos reprender o castigar a alguien, debemos esforzarnos para evitar insultarlo. Esto también es importante al disciplinar a los niños. Obviamente, los niños deben ser reprendidos cuando hacen algo malo, y a veces es necesario castigarlos. Sin embargo, debemos ser cuidadosos para hacerlo de una forma que no humille ni aplaste al niño.

Los niños que fueron insultados al ser disciplinados probablemente desarrollen sentimientos de vergüenza y no se valoren a su mismos, algo que puede acompañarlos durante toda su vida. Si los padres entendieran cuán destructivo es para sus hijos tener baja autoestima, serían mucho más cuidadosos al disciplinarlos. El abuso emocional de un niño es una ofensa tan grave como el abuso físico. Sin embargo, padres a quienes nunca se les ocurriría quebrar un brazo o una pierna a su hijo, no piensan demasiado en las palabras que salen en una reprimenda.

A los niños se les debe enseñar lo que está bien y lo que está mal, pero se los debe ayudar a mantener su dignidad.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.