¿Y si todas las naciones son "el pueblo elegido"?

09/01/2023

3 min de lectura

El término "elegido" lleva tiempo confundiendo tanto a amantes como a odiadores del pueblo judío.

Cuando los eruditos de religión hablan sobre la 'Doctrina de la elección', es sólo una forma elegante de hablar sobre la idea de que el pueblo judío es el pueblo elegido. Pocas doctrinas son tan centrales en la historia y la misión del pueblo judío como esta.

Y, así y todo, haber sido elegidos también es controversial y puede fácilmente ser entendido como racismo o supremacía nacional. Por desgracia, algunos pensadores judíos fueron en esa dirección. Más aún, algunos antisemitas lo entienden así, obsesionándose con la doctrina como excusa de su odio injustificable.

Cuando Dios escogió a Abraham, le dijo el rol exacto para el que había sido elegido. Le dijo: "todas las familias de la tierra serán bendecidas a través de ti" (1). Es cierto que no es obvio cómo elegir una familia de entre las demás, hacer un pacto y darle un grupo de leyes particulares traería bendición a todos los pueblos.

Quizás lo sería a través de ser un ejemplo. Quizás lo sería mediante su historia peculiar y el mensaje que esta historia le comunicaría a quienes la oyeran. Quizás algún mecanismo místico convierte la observancia de la ley judía en una bendición para todos los pueblos. Ese es un tema abierto a debate. Lo que no está abierto a debate es que los judíos fueron elegidos específicamente tanto para su propio bien como para el de los no judíos.

Lo que no está abierto a debate es que los judíos fueron elegidos específicamente tanto para su propio bien como para el de los no judíos.

Las palabras de los profetas amplificaron este tema aún más, cuando instaron al pueblo judío a ser "una luz para las naciones" (2). Y así, el primer aspecto obviado de haber sido elegidos, es el enfoque en el bien de los no judíos. Una vez que se entiende este aspecto, es más fácil entender que la elección no tiene que ver con ideas tóxicas como la supremacía racial o una raza superior. Como explicó mi maestro, el fallecido Lord Rabino Jonathan Sacks:

"Un pueblo elegido siente un llamado a servir, mientras que una raza suprema a dominar. La emoción característica de un pueblo elegido es la humildad, la virtud de una raza suprema es el orgullo, superbia en latín. Una raza suprema ve la victoria bajo la lupa de sus propios méritos, mientras que un pueblo elegido se la atribuye a Dios, a la Providencia o a la historia, pero no a sí mismo. Una raza suprema considera que la derrota es una humillación; un pueblo elegido la considera un llamado al arrepentimiento".

Imagina que una persona manifieste una falta de humildad y desinterés por el bienestar de los demás. Eso es una fuerte evidencia de que no se considera elegida, no se considera llamada a servir a los demás, sino que se considera superior. Esa actitud no es sagrada, sino inmoral.

Un segundo y sorprendente aspecto de la elegibilidad en la Biblia es que no es exclusiva. Hay pasajes de la liturgia y secciones de la Biblia y el Talmud que hacen parecer que los judíos fueron elegidos, mientras que los otros pueblos fueron dejados de lado sin la posibilidad de tener su propia relación con Dios, ni como individuos ni como comunidades. Arribar a esas conclusiones es un error. De hecho, hay un pasaje en la Biblia Hebrea que sorprendería a cualquier lector malinformado que creyó que a Dios sólo le importa tener una relación con los judíos.

No estoy hablando del libro de Yoná, en donde Dios manifiesta su interés por los habitantes no judíos de Ninvé y les pide que se arrepientan. Hablo del pasaje de Isaías, donde Dios declara: "Bendito sea Mi pueblo Egipto, mi obra Asiria y Mi legado Israel". ¿Es sorprendente ver a Dios hablando de otros pueblos como si fueran propios? No debería serlo. Es por esto que un antiguo gran rabino del Reino Unido, Rav Lord Jacobovitz, pudo escribir:

"Creo que todo pueblo (y en forma más limitada, todo individuo) fue "elegido" o destinado para algún propósito particular en el avance del diseño de la Providencia. Sólo algunos cumplen su misión, mientras que otros no. Quizás los griegos hayan sido elegidos para sus contribuciones al arte y a la filosofía, los romanos para sus servicios pioneros en ley y gobierno, los británicos para traer la legislación parlamentaria al mundo, y los estadounidenses para dirigir la democracia en una sociedad pluralista. Dios eligió a los judíos para ser "Mi tesoro" como los pioneros de la religión y la moral; este fue y es su propósito como nación".

Todos, tanto judíos como gentiles, deberíamos considerarnos elegidos. La elección no es exclusiva. Se espera que todos, cada uno a su manera específica, contribuyamos al mundo que nos rodea y respondamos a la llamada de Dios.


Notas:

(1) Génesis 12:3

(2) Ver, por ejemplo, Isaías 42:6

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