Aceptación incondicional

16/07/2023

3 min de lectura

Devarim (Deuteronomio 1:1-3:22 )

Una de las ideas más influyentes del destacado psicólogo Carl Rogers es la de la aceptación incondicional. Demostrar aceptación incondicional hacia alguien implica aceptar a esa persona sin importar lo que ella haya dicho o hecho.

Esto no implica necesariamente una aceptación completa de todos sus comportamientos. Sin embargo, incluso al guiar a otro para que se alere de actos problemáticos, sigue habiendo una demostración de aceptación positiva por la persona como ser humano. Cuando existen estas condiciones, entonces hay un espacio saludable para mejorar y crecer.

La porción de la Torá de esta semana comienza con una recapitulación de Moshé de algunos de los aspectos más destacados de las travesías y tribulaciones del pueblo judío en el desierto. El resumen incluye críticas, algunas de ellas explícitas y muchas otras veladas a través de pistas y alusiones (ver Rashi 1:1). Dentro de este contexto de reproche, los comentaristas sondean las profundidades del texto para identificar cualquier estrategia que podamos encontrar para aprender a guiar adecuadamente a quienes se han alejado del camino.

En un discurso muy fuerte, Rav Jaim Shmulevitz preguntó por qué Moshé sólo se refirió a través de alusiones a algunos de los pecados más graves del pueblo. ¿No hubiera sido más efectivo que los declarara explícitamente?

Rashi explica que sólo fueron aludidos para preservar la dignidad de los Hijos de Israel. Si Moshé hubiera enumerado los pecados, se hubieran avergonzado. La consideración de preservar la dignidad del ser humano (kavod habriot) exige que el reproche no sea directo, aunque eso implique que sea menos efectivo.

Rav Zelig Pliskin cita a Rav Leibel Eiger, quien señaló que en medio de la crítica, Moshé insertó una bendición: "Que Hashem, el Dios de sus ancestros, les añada tanto como son (kajem) mil veces más". La elección de la palabra kajem (como ustedes, similares a ustedes), requiere una explicación. Rav Eiger explica que debido a que estaba en el contexto de un reproche, Moshé quiso asegurarse que ellos no pensaran mal de sí mismos. Su deseo era que se multiplicaran, y que sus descendientes fueran kajem, exactamente como ellos. Moshé los respetaba y los admiraba, a pesar de que previamente habían demostrado un mal comportamiento.

En un ensayo con muchas estrategias respecto a cómo dar un reproche de la forma adecuada, Rav Baruj Simon cita a Rav Itzjak Horowitz, conocido como el Shelá HaKadosh, quien aporta una idea importante. En medio del reproche, Moshé habla de los líderes "sabios, razonadores y conocidos" entre los Hijos de Israel (Devarim 1:13). Rav Horowitz argumenta que al dar el reproche, Moshé es cuidadoso de construir la autoestima y el respeto del pueblo ante sus propios ojos, por eso resalta estos comentarios. El versículo en Proverbios (9:8) dice: "No reprendas al burlón, no sea que te aborrezca. Corrige al sabio y te amará". En una interpretación creativa, Rav Horowitz explica que el versículo está alentando a la persona que hace el reproche a no tratar a quien reprocha como si fuera un burlón, porque en definitiva de esa manera no tendrá éxito. En cambio, debe relacionarse e interactuar con esa persona como si fuera sabia, de esta forma el reproche será efectivo.

Si unimos estas fuentes, parece que aquí Moshé interactuó con el pueblo judío con aceptación incondicional. Había mucho lugar para criticar su comportamiento, pero Moshé se esforzó por aceptarlos por quienes eran. A pesar de sus defectos, Moshé demostró un respeto hacia ellos como seres humanos. Si nos encontramos en una posición en la cual podemos guiar e influir sobre el comportamiento de otras personas, sería bueno tratar de implementar este enfoque difícil, pero válido y exitoso.

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