Carne y leche: una mirada más profunda a la ley alimenticia judía más famosa

12/01/2023

2 min de lectura

Descubre las razones místicas y espirituales para separar la carne de la leche.

Algunas cosas no deben mezclarse. Por ejemplo, si mezclas sodio elemental con agua, explota, pero si lo mezclas con cloro obtienes sal de mesa. Los químicos explican la dinámica del funcionamiento de los átomos que posibilita reacciones como esta, cuyo resultado puede observarse de inmediato. Sin embargo, hay otras mezclas que es más difícil explicar a través de la lente científica.

Las personas felices y las tristes por lo general no se llevan bien. ¿Es un problema químico? Quizás en algún nivel, pero de una forma mucho menos directa que la del cloruro de sodio. Una persona triste tiene una cierta "energía" que se resiste a mezclarse con una energía más feliz. Todos lo saben, pero es mucho más abstracto que la química.

¿Hasta dónde llegan estas energías? Algunas personas creen que todas las cosas materiales tienen una cierta "conciencia", y que interactuar con ellas es intercambiar energía. Así como, cuando comemos, hay una muy conocida serie de reacciones químicas, también hay un consumo de energía más profundo y menos obvio que ocurre en un nivel más metafísico que el metabólico.

Como tal, en el pensamiento clásico judío, hay una serie de prohibiciones sobre cocinar, comer y hasta beneficiarse de la mezcla de carne con leche. ¿Por qué?

Existen dos reinos separados y sería inapropiado, además de insalubre en el plano metafísico, mezclar la fuerza de la vida con la fuerza de la muerte.

Hay quienes sugieren que esta práctica se basa en la salud, que es difícil digerir estos alimentos juntos y que en tiempos antiguos causaban ciertas enfermedades. Sin embargo, muchas, si no la mayoría de las culturas lo hicieron (y hacen) y no parecen sufrir consecuencias negativas. ¿No sería obvio acaso si todos esos alimentos fueran una combinación peligrosa?

Hay un entendimiento metafísico que sugiere que la energía de la leche es vivificante. En los mamíferos, la leche materna sustenta y nutre a la descendencia. Tiene un beneficio palpable, una característica intrínseca de bondad. En un sentido, el cuerpo de la madre convierte sangre en leche, haciendo que pase de ser rojo a blanco, pasando alegóricamente de la muerte a la vida.

La carne, a pesar de su sabor y sus beneficios para la salud, representa un tipo de energía de muerte. Después de todo, es la carne de una criatura que tenía vida. Y allí está el peligro (espiritual) de mezclarlos.

Hay dos reinos separados y sería inapropiado, así como metafísicamente insalubre, mezclar la fuerza de la vida con la fuerza de la muerte. Es cierto que la ciencia médica aún no demostró esta idea, pero quizás con el tiempo lo hará. Hasta entonces, tenemos una antigua práctica probada y verdadera, con una idea fascinante detrás.

Algunas cosas es mejor mantenerlas separadas.


Imagen destacada: Foto de amirali mirhashemian en Unsplash

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