Qué opina el judaísmo sobre la carne sintética cultivada en un laboratorio

27/04/2023

3 min de lectura

Algunos puntos que nos ayudarán a entender los aspectos éticos de la carne cultivada en laboratorio.

Comer solía ser algo simple.

En el pasado, las dietas de las personas se veían más o menos dictaminadas por el lugar donde vivían. Lo que se podía cultivar o criar en el lugar donde vivías, era lo que comías.

Por otro lado, en nuestra época de industrialización y globalización, comemos alimentos que vienen de todo el mundo. El lugar ya no determina nuestra dieta, y nuestras alacenas están provistas con comida que llega de países cercanos y lejanos. La distancia entre la granja y la mesa creció de forma inconmensurable.

Pero la participación de la ciencia y la tecnología en la industria alimentaria es lo que realmente ahora ha cambiado todo. La tecnología alimentaria introdujo a nuestra dieta alimentos e ingredientes que simplemente eran desconocidos en el pasado, así como métodos de cultivo y producción que nuestros ancestros hubieran pensado que eran ciencia ficción.

Uno de los ejemplos más grandes es lo que está sucediendo ahora con la carne sintética, es decir carne cultivada en un laboratorio.

Siempre hay muchas preguntas respecto al impacto de nuestras elecciones alimenticias sobre la salud, el bienestar de los animales y la salud ambiental.

Durante los últimos años, compañías de todo el mundo, incluyendo especialmente a Israel, han destinado grandes sumas de dinero para financiar la investigación y el desarrollo de la producción de carne en laboratorio utilizando células madre de animales. La verdad es que ya lo han logrado, y lo principal sobre lo que trabajan ahora es hacer que tenga buen sabor y que su costo sea accesible para el consumidor promedio. (Actualmente el costo es de más de $30.000 dólares por kilo).

Aunque todavía hay muchas complicaciones y desafíos para llegar a esta meta, muchas personas creen, y esperan, que la carne sintética sea la solución para el futuro. Si esta realidad de ciencia ficción realmente ocurre (lo cual es bastante probable), esto implicará reducir la mayor parte de la industria agropecuaria animal, dado que sólo se necesitaría una pequeña cantidad de animales para proveer las células madres necesarias.

Esto tendría enormes beneficios sobre el medio ambiente. Poner fin a la ganadería implicaría terminar con la enorme cantidad de recursos que esto precisa (agua, alimento, tierra) y terminar con la masiva polución que esto contribuye a nuestro mundo, así como poner fin al sufrimiento diario de miles de millones de animales que son criados en condiciones de hacinamiento en granjas industriales.

Parece un sueño, ¿verdad?

Pero como todo, la realidad y las ramificaciones de la carne sintética todavía no están 100% claras. Hay temas importantes a considerar respecto a la producción de carne en biorreactores dentro de los laboratorios en vez de a partir de animales vivos.

¿Es kósher?

Antes que nada, desde una perspectiva judía con respecto a las leyes de kashrut, la pregunta que debemos formular es si la carne sintética en verdad se considera carne. Las consecuencias de la respuesta a esta pregunta son muchas. Entre ellas: ¿la carne sintética producida a partir de animales no kósher, será considerada kósher y apta para el consumo? ¿Se puede comer carne sintética junto con productos lácteos?

Como pueden imaginar, diferentes rabinos tienen diferentes opiniones al respecto, mientras que otros siguen contemplando el tema. Si la carne sintética de hecho se vuelve una realidad, podemos esperar ver respuestas muy claras para estas preguntas nunca antes formuladas.

¿Es vegana?

Otra gran pregunta es si la carne sintética es vegana. Dado que no viene de un animal sacrificado, la respuesta debería ser afirmativa, ¿verdad? Pero al igual que los rabinos, los vegetarianos (y veganos) están sopesando los distintos aspectos de este tema. Para algunos, es suficiente el hecho de que no hayan criado ni matado a ningún animal para producirla. Para otros, simplemente el hecho de tomar células madres de un animal es suficiente para ponerla fuera de su alcance.

También hay otras cuestiones éticas. Si bien hay beneficios claros al reducir en gran medida la ganadería (si no se erradica por completo), existe el riesgo de no comprender del todo las ramificaciones de crear algo que nunca antes existió en el mundo.

¿Acaso comer carne sintética tendrá algunos efectos secundarios? ¿Puede llegar a provocar problemas no previstos de salud a largo plazo?

También está el tema de quién controlará la producción de carne sintética. Tal como se presenta el tema en este momento, una gran proporción del apoyo económico para esta nueva industria viene de mega corporaciones que ya poseen grandes porciones de la industria alimentaria de los Estados Unidos. ¿Esto es algo con lo cual la gente se siente cómoda?

También está el tema teológico de cuánto debe aplicarse la ciencia y la tecnología a nuestra alimentación: crear carne que no viene de un animal vivo, que nació de forma natural y eventualmente fue sacrificado, ¿es como jugar a ser Dios? ¿O acaso Dios nos dio estas nuevas capacidades para mejorar la forma en que comemos y brindar mejores soluciones para que haya más alimento para una población humana en crecimiento?

La tecnología sigue en desarrollo y mejorando, y por ahora todavía no hay conclusiones claras respecto a estas preguntas tan importantes. Pero una cosa es segura: hoy en día, comer se está volviendo algo mucho más complicado.

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