¿Qué tiene el judaísmo en contra de los mariscos?

10/04/2024

3 min de lectura

Al final de cuentas. Somos lo que comemos.

¿Qué tiene el judaísmo en contra de los mariscos?

¿O del cerdo?

¿Por qué le importa al judaísmo qué comemos?

¿Acaso no es suficiente con ser una buena persona?

Estas son preguntas válidas que los judíos se han formulado durante generaciones, y especialmente hoy en día, cuando cada vez más personas buscan un respaldo científico para la doctrina religiosa.

Aquí es donde entra el concepto de taamei mitzvot, que son explicaciones de algunas de las razones de los mandamientos de Dios que los humanos podemos comprender con nuestra mente racional. Si bien no actúan como justificaciones para los mandamientos, esto nos ayuda a cumplirlos de una forma más lógica y personal. En hebreo, la palabra para 'razón', taam, también significa 'sabor'. Conectarse con una posible 'razón' para un mandamiento agrega 'sabor' y entusiasmo a su cumplimiento.

Cuando se trata de las leyes de kashrut, los rabinos han compartido diversas razones a lo largo de las generaciones para explicar por qué el judaísmo permite comer ciertos animales y prohíbe otros.

El requisito para que un animal sea kasher es que tenga las pezuñas partidas y que sea rumiante. Para los peces, es que tengan aletas y escamas.

La persona promedio que lee la Torá puede pensar que estas señales reveladoras son aleatorias e irracionales. Pero si profundizamos más, comprenderemos lo contrario.

Se puede argumentar que las leyes de kashrut se basan en la idea de que "somos lo que comemos".

Recuerdo haber oído esta idea muchas veces en un programa de televisión que veía cuando era pequeño y que enseñaba a los niños sobre la salud. El presentador del programa siempre decía: "Come sano porque, recuerda, ¡eres lo que comes!".

De niño, esa idea no me entraba en la cabeza. ¿Acaso yo era literalmente la comida que ponía en mi cuerpo? Cuando crecí y aprendí más sobre ciencia, comprendí que efectivamente los distintos componentes de los alimentos que son absorbidos por la sangre proporcionan nutrientes a las billones de células de mi cuerpo. Así que, efectivamente, somos lo que comemos.

La Torá, reconociendo este hecho, sólo permitió comer aquellos animales que no nos dañarán física o espiritualmente.

Para empezar, todos los animales kasher son herbívoros. Ninguno es depredador. No cazan, no atacan ni matan a otros animales para alimentarse. Son animales que pastan pacíficamente en los campos, lo que resulta en un comportamiento que la Torá prefiere para nosotros en lugar de la naturaleza agresiva y violenta necesaria para sobrevivir como depredador.

El conocido rabino y médico medieval Maimónides (1138-1204), enseñó: "Entre las clases de alimentos prohibidos no hay nada de cuyo carácter nocivo se dude". De esto se desprende que comer determinado animal hace que uno asuma, por así decir, algunos de sus rasgos de carácter. Una vez más, somos lo que comemos.

En cuanto al cerdo, Maimónides escribió: "La razón principal por la que la ley judía prohíbe la carne de cerdo es que sus hábitos y su comida son muy sucios y repugnantes".

¿No quieres ser como un cerdo? No los comas.

En un famoso texto del siglo XIII, el Séfer HaJinuj, (El Libro de la Educación), el autor desconocido dice que "Dios sabe que todos los alimentos que Él alejó de Su pueblo… son perjudiciales para los cuerpos, que son instrumentos de las almas… Por eso Él nos alejó de ellos".

Si nuestros alimentos se convierten en nuestros cuerpos y nuestros cuerpos albergan nuestras almas, estos alimentos tienen la capacidad de afectar nuestras almas para funcionar en este mundo y, por ende, debemos tener cuidado con los alimentos que introducimos en nuestros cuerpos.

Entonces, ¿por qué el judaísmo prohíbe los mariscos?

¿Acaso hay algo en su carácter que nos perjudica física y/o espiritualmente?

Sobre esto Najmánides (1194-1270), otro famoso rabino medieval, escribió lo siguiente:

"La razón de ser de las aletas y las escamas es que los que las poseen residen siempre en la parte superior y clara de las aguas, y obtienen su sustento del aire y la luz que entra allí; y los que carecen de aletas y escamas residen siempre en el fondo de las aguas, y en la suciedad... por lo que tienen una condición fría y pegajosa que es casi fatal".

Aunque Najmánides no está diciendo que las condiciones físicas de los peces sean la razón para determinar si son kasher o no, él alude a un taam, una 'razón' para la mitzvá arraigada en una realidad observable que puede ayudar a la gente a entender una ley que, de otro modo, podría parecer demasiado misteriosa e incluso aleatoria.

No sólo los judíos que viven en la era de la ciencia moderna buscan un entendimiento más profundo de las mitzvot. Algunos de los más grandes rabinos de la historia también buscaron lo mismo.

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Salomón
Salomón
17 días hace

Los mariscos se revuelcan en el fondo del mar y los rios y charcos donde se depositan toda clase de sustancias venenosas como el mercurio y los residuos provenientes de la digestion de los humanos..Hasta drogas como el viagra y los anticoncepttivos.Muy sabias nuestras leyes que desde hacen cientos de siglos ya habian descubierto que los peces y mariscos que se revuelcan en entre toda clase de venenos que prosperan en el fondo del mar y las corrientes de aguas inmundas provenientes de drogas y quimicos producto de la digestion y las medicinas son causa de incontables sustancias venenosas y adictivas.
En la agricultura hay quimicos contra los insectos y toda clase quimicos venenenosos que son de consumo masivo

Tabita
Tabita
17 días hace

Desde que era muy chica no me gusta comer carne de ninguna especie, me sienta mal. Y eso de quitarle la vida a otra criatura no me gusta para nada. Prefiero los vegetales y los hongos me encantan. Y las frutas son deliciosas. Elegir alimentarse de esta forma te mantienen sano, libre de toxinas el cuerpo y envejeses mas lento.

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