Decisiones difíciles: Rabí Meir de Rothenburg y los rehenes israelíes

12/12/2023

7 min de lectura

¿Hasta dónde debemos llegar para salvar una vida?

Tras una semana de cese al fuego y la liberación de 110 rehenes israelíes, Hamás quebró el alto al fuego e Israel reanudó su guerra contra Hamás. Aún así, con 137 rehenes todavía bajo control de Hamás, la decisión del gobierno de Israel de negociar con Hamás sigue siendo altamente controvertida y emocionalmente tensa. ¿Acaso Israel debe hacer cualquier cosa que sea necesaria para lograr la liberación de los rehenes, incluso si hacerlo puede llegar a poner muchas vidas en peligro en el futuro? ¿Es moralmente aceptable liberar a tres terroristas árabes a cambio de cada israelí inocente?

Cualquier discusión sobre esta delicada cuestión debe tener en cuenta la destacada historia de Rabí Meir de Rothenburg. Rabí Meir nació en Alemania alrededor del año 1215 y sufrió el antisemitismo durante toda su vida. En 1240, mientras Rabí Meir estudiaba bajo el tutelaje de Rabí Ijiel de París, el Papa Gregorio IX ordenó a Luis IX de Francia apoderarse de todos los textos judíos que hubiera en su reino,. Aunque Rabí Iejiel defendió públicamente el Talmud contra las falsas acusaciones de blasfemia, el gobierno antisemita francés condenó al Talmud y el 17 de junio de 1244 quemó públicamente 24 carros llenos de manuscritos talmúdicos. Rabí Meir, testigo ocular de esta tragedia, escribió una poderosa elegía describiendo el dolor de esta pérdida, texto que los judíos de todo el mundo recitan cada año el 9 de av.

Rabí Meir fue encarcelado y pidieron por él un rescate exorbitante.

Después de esta tragedia, Rabí Meir retornó a Alemania, donde sirvió como rabino de varias grandes comunidades, estableciéndose finalmente en Rothenburg. Universalmente reconocido como la principal autoridad de la ley judía en Europa, él estableció una ieshivá, bajo su propio costo, y entrenó discípulos que luego se convirtieron en grandes rabinos y eruditos de Europa.

En 1286, el rey de Alemania, Rodolfo I, designó a la comunidad judía como servi camerae regis, o "siervos del tesoro", lo que implicaba que Rodolfo podía gravar impuestos directamente a la comunidad judía, además de los fuertes impuestos que ya les imponían los nobles locales. Rabí Meir, su familia y sus alumnos decidieron abandonar Alemania y trasladarse a la Tierra de Israel. Trágicamente, mientras el grupo viajaba por las montañas de Lombardía, lo reconoció un judío apóstata que acompañaba al arzobispo de Maguncia.

Rabí Meir fue arrestado y lo llevaron de regreso a Alemania, donde por orden del rey Rodolfo lo encarcelaron en la fortaleza de Ensisheim en Alsacia y pidieron por él un rescate exorbitante.

Meir de Rothenburg – Foto del museo de Rothenburg

La comunidad judía de inmediato comenzó a tratar de recaudar esa suma enorme para liberar del cautiverio a Rabí Meir. Pero, como escribió posteriormente Rav Salomón Luria (1510-1573), Rabí Meir se negó a que pagaran por él ese rescate:

"Escuché acerca de nuestro maestro y Rabino, Rabí Meir de Rothenburg… quien estuvo cautivo en la fortaleza de Ensisheim durante muchos años, y el rey exigió de las comunidades un rescate absurdo. Las comunidades quisieron pagar, pero Rabí Meir no lo permitió y dijo que no está permitido rescatar a los cautivos por más de su valor. Esto me dejó estupefacto, porque él era un gran erudito de Torá y no había nadie como él en Torá y piedad en su generación, y estaba permitido rescatarlo con todo el dinero del mundo…

"Claramente, su opinión fue que si pagaban por él ese rescate, los gobernadores secuestrarían a las mayores figuras de Torá de cada generación para pedir rescates tan exorbitantes que las comunidades judías de la diáspora no podrían ser capaces de pagar y la Torá sería olvidada de Israel. También escuché que el mismo malvado rey quiso secuestrar a su estudiante [Rabenu Asher]. Él se enteró y huyó a Tultilia y se salvó gracias a la compasión y la misericordia Divina. Debido a esto, el piadoso [Rabí Meir] dijo que es mejor que se pierda un poco de sabiduría de Israel antes que la pérdida total de toda erudición. Y esta es la señal [de que tenía razón], que en ese momento dejaron de secuestrar a los sabios de la diáspora" (Iam shel Shlomó, Tratado Guitin).

Rabí Meir permaneció en prisión siete años, hasta su muerte en 1293. Su cuerpo sólo fue devuelto a la comunidad judía 14 años después, cuando un judío adinerado, Alexander Suskind Wimpfen de Frankfurt, pagó un gran rescate.

Redimir a los cautivos

Si Rabí Meir viviera hoy en día, ¿qué diría sobre el intercambio de rehenes que Israel hizo con Hamás? ¿Lo aprobaría o no?

Maimónides escribió: "No hay mayor mitzvá que redimir a los cautivos. Porque un cautivo se encuentra entre aquellos que tienen hambre, sed, y están desnudos y están en peligro mortal. Y aquél que desvía sus ojos para no redimirlos transgrede 'No endurecerás tu corazón ni cerrarás tu mano' y 'No te quedarás de brazos cruzados ante la sangre de tu prójimo'… y anula los mandamientos de 'ciertamente revivirás a tu hermano' y 'Ama a tu prójimo como a ti mismo'" (Maimónides, Leyes de donaciones a los pobres, 8:10).

Ahora que algunos de los rehenes han sido liberados, sabemos que los terroristas de Hamás los torturaron y los hicieron pasar hambre mientras estuvieron en cautiverio. Cada momento que el resto de los rehenes pasan en cautiverio bajo el control de Hamás es un peligro para sus vidas, y sin lugar a dudas sufren trauma, hambre y problemas médicos. Redimir a los cautivos lo más rápido posible es un asunto de vida y muerte. ¡Sin dudas Rabí Meir estaría de acuerdo!

De todos modos, la propia experiencia de Rabí Meir demuestra que hay factores que complican las cosas. Los sabios explican que "no debemos redimir a los cautivos por más que su valor, por el buen orden del mundo" (Talmud de Babilonia, Guitin 45a). Si los judíos están dispuestos a pagar cualquier precio, sin importar cuán exorbitante sea, para liberar a sus seres queridos que fueron tomados como rehenes, los enemigos de nuestro pueblo sólo se verán alentados a secuestrar a más judíos en el futuro.

Guilad Shalit

El pueblo de Israel aprendió esta verdad por las malas el 7 de octubre. En el año 2011, Israel liberó a 1.027 terroristas convictos a cambio del soldado Guilad Shalit, quien había sido secuestrado por Hamás seis años antes. Aunque el precio incuestionablemente fue exorbitante (1.027 terroristas a cambio de un soldado), el acuerdo fue apoyado por la mayoría de los israelíes, incluyendo a 26 ministros del gobierno, quienes querían desesperadamente traer a Shalit a casa, a cualquier precio.

Guilad Shalit

Tal como lo entendió Rabí Meir, un acuerdo tan desigual como el intercambio de Guilad Shalit, sólo alienta a los antisemitas a secuestrar a más judíos. Entre loa terroristas liberados en el año 2011 se encontraba Yahya Sinwar, ahora el infame líder de Hamás en la Franja de Gaza y el autor intelectual de la masacre y los secuestros del 7 de octubre.

Diferencias significativas

Aunque el caso de Rabí Meir es instructivo, hay significativas diferencias entre su historia y la situación actual. Durante sus siete años en cautiverio, en ningún momento pareció que la vida de Rabí Meir estuviera en peligro. Lamentablemente no podemos decir lo mismo sobre los rehenes actuales, muchos de los cuales ya han sido asesinados por Hamás.

Algunos Rabinos sostienen que cuando las vidas de los rehenes están en peligro, las reglas normales que prohíben pagar rescates exorbitantes no se aplican.

Algunos Rabinos sostienen que cuando las vidas de los rehenes están en peligro, las reglas normales que prohíben pagar rescates exorbitantes no se aplican, porque los judíos deben quebrar prácticamente todas las reglas de la Torá para salvar una vida. Sin embargo, otros sostienen que no debemos pagar cifras exorbitantes ni siquiera para salvar una vida, porque hacerlo sólo pondrá en peligro en el futuro las vidas de otros judíos.

Al enfrentar las demandas de terroristas como Hamás, se debe hacer una distinción fundamental. Mientras que el caso de Rabí Meir fue profundamente traumático y potencialmente peligroso para la comunidad judía, los secuestradores estaban motivados por consideraciones financieras. Por el contrario, Hamás libra una guerra genocida contra Israel en la que está en juego la supervivencia misma de la nación judía. Durante tiempos de guerra, las reglas normales de redención de cautivos se suspenden, ya que cualquier concesión al enemigo probablemente será percibida como un peligroso signo de debilidad.

¿Acaso Israel debe negociar otro cese al fuego con Hamás para liberar más rehenes? Es difícil imaginar un dilema más doloroso.

Cuando el rey canaanita de Arad atacó a los israelitas que deambulaban por el desierto, sus ejércitos tomaron cautivos de Israel. Los Sabios explican que sólo hubo una prisionera, una sirvienta. Sin embargo, Moshé no entabló negociaciones para su liberación. En cambio, el pueblo fue a la guerra y liberó al rehén destruyendo al enemigo.

El 6 de setiembre de 1970, el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP), una organización terrorista palestina, secuestró un vuelo de TWA con 310 pasajeros. Los pasajeros no judíos fueron liberados, pero los terroristas se quedaron con 56 pasajeros judíos como rehenes, incluyendo a Rav Itzjak Hutner, uno de los grandes Rabinos de la generación. A medida que se desenvolvía el drama, algunos Rabinos sostuvieron que debido al estatus singular de Rav Hutner, los rehenes debían ser redimidos incluso a un precio exorbitante.

El secuestro del avión de TWA por el Frente Popular para la Liberación de Palestina

Pero Rav Iaakov Kaminetzky (1891-1986) no estuvo de acuerdo, y sostuvo que las reglas normales para redimir cautivos sólo se aplican en tiempos de paz. Él sostuvo que durante tiempos de guerra está prohibido redimir rehenes a cambio de pago monetario, porque hacerlo ayuda activamente y fortalece al enemigo que está tratando de destruir al pueblo judío.

En el acuerdo con Hamás, Israel se vio obligada a permitir que entrara a Gaza grandes cantidades de "ayuda humanitaria", lo cual de inmediato fue confiscado por los terroristas de Hamás. ¿Acaso esos suministros ayudarán y fortalecerán a Hamás en su guerra genocida contra Israel y pondrán en peligro las vidas de los soldados israelíes? Aunque no podemos responder con absoluta certeza, probablemente la respuesta sea que sí.

¿Acaso Israel debe negociar otro cese al fuego con Hamás para liberar a más rehenes? Es difícil imaginar un dilema más doloroso. Que Dios le de al primer ministro Netanyahu y al gobierno israelí la sabiduría y la fuerza para elegir correctamente, y que todos los rehenes puedan ser liberados pronto y regresen a sus familias sanos y salvos.

Haz clic aquí para comentar sobre este artículo
guest
0 Comments
Comentarios en línea
Ver todos los comentarios
EXPLORA
ESTUDIA
MÁS
Explora
Estudia
Más
Contacto
Lenguajes
Menu
Donar
Únete a nuestro newsletter
Redes sociales
.