Educación universitaria, cultura y maldad

Muchos identifican la sofisticación cultural y la educación con la moralidad y la ética. Esta confusión de educación y bondad ha sido, trágicamente, contradicha por los hechos históricos una y otra vez. Según el libro de George Leaman sobre el famoso filósofo alemán y simpatizante nazi, Martin Heidegger, de 157 profesores de filosofía no judíos en Alemania, el 37% se unió al partido nazi. La Enciclopedia del Holocausto, una publicación del Museo Memorial del Holocausto Americano escribe: "Al igual que en otros campos, una variedad de profesionales en el mundo académico —desde presidentes de universidades hasta decanos y profesores— llevaron a cabo activamente o cumplieron con el despido de colegas judíos. Expertos académicos, especialmente en los campos de antropología física, psiquiatría y genética —partidarios entusiastas de la eugenesia antes de que los nazis llegaran al poder— se convirtieron en voceros públicos de las políticas raciales nazis... Expertos científicos impartían cursos para médicos de las SS".

La infame conferencia de Wannsee donde los nazis planearon la "Solución Final" (el asesinato de todo el pueblo judío), tuvo quince participantes, ocho de ellos con doctorados académicos. (Laurence Rees, El Holocausto: Una Nueva Historia. Nueva York: Public Affairs)

Hoy somos testigos de una ola de antisemitismo histérico, violento y enfurecido que se extiende por los campus universitarios de todo el mundo. Este movimiento de odio involucra a estudiantes, candidatos a doctorados, profesores y personal académico en algunas de las "mejores" universidades. No están pidiendo paz; están pidiendo el desmantelamiento del Estado de Israel "desde el río hasta el mar".

No están pidiendo un alto al fuego; están exigiendo una intifada global. No están protestando por la respuesta de Israel ante los horribles ataques de Hamás el 7 de octubre; las protestas comenzaron antes de la respuesta israelí.

Ni siquiera están protestando contra la violación y el abuso; he visto los carteles exhibidos por algunos de estos estudiantes, "La violación es resistencia".

No son simplemente antisionistas, aunque ya sería suficientemente malo negar a nuestro pueblo los derechos de tener una nación. Estos manifestantes son antisemitas. Su odio, violencia y abuso están dirigidos contra estudiantes y profesores judíos, sinagogas y casas de Hillel, restaurantes kósher, centros comunitarios judíos y artistas judíos. En resumen, cualquier cosa judía.

Mi padre, de bendita memoria, me contó que los estudiantes antisemitas en la Polonia de antes de la guerra intentaban impedir que los estudiantes judíos ingresaran a las universidades para rendir exámenes. Él pudo tomar sus exámenes con la ayuda de algunos judíos que trabajaban en un matadero cercano, quienes, con cuchillos de carnicero en mano, acompañaban a los estudiantes judíos a las salas de examen.

En los EE.UU., en el siglo XXI, profesores y estudiantes judíos han sido expulsados de los campus, bloqueados de clases y sesiones de estudio, intimidados y atacados en los "sagrados pasillos" y patios verdes de Columbia, Yale, UCLA, y Harvard, etc.

¿Estoy molesto por esto? Sí. ¿Estoy enojado por esto? Sí. ¿Estoy sorprendido por esto? No, porque soy un estudiante de la historia. Sé que las personas pueden ser súmamente educadas, tecnológicamente avanzadas y malévolas. Las personas pueden ser cultas y completamente malvadas. Las personas pueden ser filósofos, físicos y nazis, todo simultáneamente.

¡Filisteo!

Mientras recorría un museo de arte moderno en Londres, me pregunté en voz alta si estaba mirando una exposición de arte moderno o una remodelación en curso en el edificio. Mi amigo me miró con desdén y dijo: "¡Tú, Becher, eres un filisteo!". Quería decir que soy inculto e ignorante, no que soy un enemigo bíblico del pueblo judío.

De hecho, durante cientos de años los filisteos han sido asociados con el barbarismo y la falta de cultura y sofisticación. Su nombre ha entrado en el idioma inglés como sinónimo de "una persona inculta, cuyos intereses son materiales y comunes" (The Concise Oxford Dictionary).

Las excavaciones arqueológicas de la ciudad de Gat han descubierto una cultura sofisticada y avanzada de los antiguos filisteos. Sistemas de recolección de agua, habilidades avanzadas en metalurgia, hermosa arquitectura y capacidades militares formidables.

Algunos han visto estos descubrimientos como una contradicción con la imagen bíblica de los filisteos. Pero no hay contradicción. La Biblia hebrea no describe a los filisteos como incultos. De hecho, se les muestra con tecnología avanzada, ejércitos y grandes ciudades. (Jueces 14:3; 1 Samuel 13:19-20). La Biblia describe a los filisteos como inmorales y malvados, no como incultos e ignorantes. Como dijo Abraham cuando entró en territorio filisteo, "No hay temor de Dios en este lugar y me matarán por mi esposa" (Génesis 20:1).

No te dejes engañar por las apariencias superficiales de civilización. La educación no es lo mismo que la ética

Mi antepasado Abraham no fue engañado por la fachada sofisticada de los filisteos, mi padre no fue engañado por los estudiantes en Lublin, y yo no soy engañado por los matones de la Ivy League en los campus universitarios.

No soy lo suficientemente arrogante como para decirle a nadie cuál es la lección del Holocausto, o incluso pensar que puedo tener algún entendimiento de ese evento. Sin embargo, hay una idea que los eventos actuales me han hecho pensar en conexión con el 'Día del recuerdo del Holocausto': no te dejes engañar por las apariencias superficiales de civilización. La educación no es lo mismo que la ética, las civilizaciones sofisticadas no siempre son civilizadas, y si no hay "temor a Dios" en algún lugar, entonces las personas son capaces de cualquier cosa.