Sobre el liderazgo: rectitud no es liderazgo

17/10/2023

7 min de lectura

Noaj (Génesis 6:9-11:32 )

El elogio que recibe Nóaj no tiene paralelo en el Tanaj. La Torá nos dice que era "un hombre justo, perfecto en su generación; Nóaj marchó con Dios". No encontramos un elogio similar respecto a Abraham, Moshé ni ninguno de los Profetas. La única persona en la Biblia que se le acerca es Job, quien es descripto como "íntegro y recto (tam veiashar), temía a Dios y se apartaba del mal" (Job 1:1). De hecho, Nóaj es el único individuo del Tanaj descripto como recto o justo (tzadik).

Sin embargo, el Nóaj que encontramos al final de su vida no es la persona que vimos al comienzo. Después del Diluvio:

Y Nóaj, el hombre de la tierra, comenzó y plantó un viñedo. Bebió del vino y se embriagó, y se descubrió dentro de su tienda. Jam, el padre de Canaán, vio la desnudez de su padre y les dijo a sus dos hermanos afuera. Entonces Shem y Iefet tomaron una prenda y la pusieron sobre los hombros de ambos y caminaron hacia atrás y cubrieron al desnudez de su padre teniendo sus rostros volteados y no vieron la desnudez de su padre. (Génesis 9:20-23)

El hombre de Dios se había convertido en el hombre de la tierra. El hombre recto se convirtió en un borracho. El hombre cubierto de virtudes yacía desnudo. El hombre que había salvado a su familia del Diluvio ahora es tan indigno que dos de sus hijos se avergüenzan de mirarlo. Esta es una historia de descenso. ¿Por qué?

Nóaj es el caso clásico de alguien que es recto, pero no es un líder. En una era desastrosa, cuando todo se había corrompido, cuando el mundo estaba repleto de violencia, cuando Dios mismo "se arrepintió de haber creado al hombre en la tierra y sintió profundo dolor", Nóaj fue el único que justificó la fe de Dios en la humanidad, la fe que lo llevó a crear a la humanidad en primer lugar. Se trata de un logro inmenso y nada debería quitarle valor. Nóaj es, en definitiva, el hombre a través del cual Dios hizo un pacto con toda la humanidad, Nóaj es para la humanidad lo que Abraham es para el pueblo judío.

Nóaj era un buen hombre en una mala época. Pero al parecer, su influencia sobre sus contemporáneos fue nula. Esto queda implícito en la declaración de Dios: "pues a ti he visto justo delante de Mí en esta generación" (Génesis 7:1). Esto también queda implícito en el hecho de que sólo Nóaj y su familia fueran salvados junto con los animales. Es razonable asumir que estos dos hechos -la rectitud de Nóaj y su falta de influencia sobre sus contemporáneos- están íntimamente relacionados. Nóaj preservó su virtud separándose de su ambiente. Así fue como logró mantenerse cuerdo en un mundo que se había vuelto loco.

Es posible que el famoso debate entre los Sabios respecto a si la frase "perfecto en su generación" (Génesis 6:9) es un elogio o una crítica tenga relación con esto. Algunos dijeron que "perfecto en su generación" significa que era perfecto sólo de forma relativa al bajo estándar prevalente en ese momento. De haber vivido en la generación de Abraham, habría sido insignificante. Otros dicen lo opuesto: si en una generación malvada Nóaj fue justo, cuánto más elevado habría sido en una generación con modelos como Abraham.

El argumento, en mi opinión, gira en torno a si el aislamiento de Nóaj era parte de su carácter o si simplemente fue la táctica necesaria en ese momento y en ese lugar. Si de forma natural era un solitario, no hubiera ganado nada de la presencia de héroes como Abraham. Se habría mantenido impávido a su influencia, tanto para bien como para mal. Si no era un solitario por naturaleza, sino simplemente por las circunstancias, entonces en otra época hubiese buscado a otros con su mismo espíritu y habría llegado a la grandeza.

¿Qué se suponía que debía hacer Nóaj? ¿Cómo podía influir para bien en una sociedad inclinada hacia el mal? ¿Realmente debería haber tratado de hablar en un momento cuando nadie lo escucharía? A veces la gente no escucha ni siquiera la voz de Dios mismo. Tenemos un ejemplo de esto sólo dos capítulos antes, cuando Dios le advirtió a Caín sobre el peligro de sus sentimientos violentos hacia Hével: "¿Por qué te has enfurecido y por qué ha decaído tu rostro?... el pecado yace en la entrada y hacia ti será su deseo, pero tú puedes dominarlo" (Génesis 4:6-7). Pero Caín no hizo caso, y en cambio mató a su hermano. Si Dios habla y la gente no lo escucha, ¿cómo podemos criticar a Nóaj por no hablarles cuando la evidencia sugiere que de todos modos no le hubieran hecho caso?

El Talmud presenta esta misma pregunta en un contexto diferente, en otra época descontrolada: los años previos a la conquista de Babilonia y la destrucción del primer Templo:

Rav Aha ben Rav Janina dijo: Nunca salió una palabra favorable de la boca del Santo, Bendito sea, de la cual se retractara por mala, excepto lo siguiente, donde está escrito: "Como Hashem le dijo: Ve por el medio de la ciudad, por el medio de Jerusalem, y coloca una marca sobre las frentes de los hombres que suspiran y claman por todas las abominaciones que se cometen allí" (Ezequiel 9:4)

El Santo, Bendito Sea, le dijo a Gabriel: "Ve y coloca una marca de tinta en las frentes de los justos, para que los ángeles destructores no tengan poder sobre ellos; y una marca de sangre sobre las frentes de los malvados, para que los ángeles destructores tengan poder sobre ellos". El Atributo de la Justicia dijo ante el Santo, Bendito Sea: "¡Amo del universo! ¿En qué se diferencias unos de otros?"

"Unas son personas completamente justas, mientras que otros son completamente malvados". Él respondió. "¡Amo del universo!", dijo la Justicia, "ellos tenían el poder de protestar pero no lo hicieron".

Dios dijo: "De haber protestado, ellos no les habrían hecho caso".

"¡Amo del universo!", dijo la Justicia. "Esto estaba revelado ante Ti, ¿pero estaba revelado ante ellos?" (Shabat 55a)

De acuerdo con este pasaje, incluso los justos de Jerusalem fueron castigados en el momento de la destrucción del Templo porque no protestaron de los actos de sus contemporáneos. Dios objetó el argumento de la Justicia: ¿Por qué castigarlos por su error al no protestar cuando era claro que de haberlo hecho, nadie les habría prestado atención? La Justicia le respondió: Esto puede haber sido claro para Ti y para los ángeles, es decir, esto puede ser claro en retrospectiva, pero en ese momento, ningún ser humano podría haber estado seguro de que sus palabras no tendrían algún impacto. La Justicia preguntó: ¿Cómo puedes estar seguro de que fracasarás sin nunca lo intentas?

El Talmud señala que Dios accedió de mala gana al argumento de la Justicia. De aquí surge un fuerte principio: Cuando pasan cosas malas en la sociedad, cuando prevalecen la corrupción, la violencia y la injusticia, nuestra obligación es registrar una protesta, incluso si parece que eso no tendrá ningún efecto. ¿Por qué? Porque eso es lo que demanda la integridad moral. El silencio puede tomarse como una aceptación. Además, nunca podemos estar seguros de que nadie vaya a escucharnos. La moralidad demanda que ignoremos la probabilidad y nos enfoquemos en la posibilidad. Tal vez alguien prestará atención y cambiará su camino, y ese "tal vez" es suficiente.

Esta idea no aparece por primera vez en el Talmud sino que la encontramos explícitamente en el libro de Ezequiel. Esto es lo que Dios le dijo al profeta:

"Hijo de hombre, te envío a los hijos de Israel, a la nación rebelde que se ha rebelado contra Mí. Ellos y sus padres transgredieron Mis principios hasta el día de hoy y los hijos son de corazón empedernido. Te mando a ellos para que les digas: Así dice Dios el Eterno: 'Y ellos ya sea que Me escuchen o que Me desoigan, porque son un pueblo rebelde, sabrán que hubo un profeta entre ellos" (Ezequiel 2:3-5)

 Dios le dice al Profeta que hable, sin importar si la gente lo va a escuchar.

Por lo tanto, una forma de leer la historia de Nóaj es como un ejemplo de falta de liderazgo. Nóaj era justo, pero no un líder. Él era un buen hombre que no influyó sobre su medio. Sin dudas hay otras formas de leer la historia, pero esta me parece la más adecuada. De esta forma, Nóaj es el tercer caso en una serie de fallas de responsabilidad. Como vimos la semana pasada, Adam y Javá fracasaron al no asumir la responsabilidad personal por sus actos ("No fui yo"). Caín se negó a asumir responsabilidad moral ("¿Acaso yo soy el guardián de mi hermano?"). Nóaj falló la prueba de la responsabilidad colectiva.

Esta forma de interpretar la historia, si es correcta, implica una fuerte conclusión. Sabemos que el judaísmo involucra responsabilidad colectiva, porque enseña que kol Israel arevim ze base ("Todos los judíos son responsables los unos por los otros", (Shavuot 39a). Pero es posible que también el mero hecho de ser un ser humano implique responsabilidad colectiva. No sólo los judíos son responsables los unos por los otros. Todos lo somos, más allá de nuestra fe o nuestra afiliación política. Eso es lo que argumenta Maimónides, aunque Najmánides no está de acuerdo.(1)

Los jasidim tienen una forma simple de explicar esto. Ellos llaman a Nóaj un tzadik im peltz, "un tzadik con abrigo de piel". En esencia hay dos formas de mantenerse caliente en una noche fría. Puedes usar un abrigo grueso o puedes encender una fogata. Usar un abrigo sólo te da calor a ti mismo. Encender una fogata puede dar calor también a otros. Se supone que debemos encender una fogata.

Nóaj fue un buen hombre que no era un líder. ¿Acaso después del Diluvio se sentía lleno de culpas? ¿Pensó en las vidas que podría haber salvado si tan sólo hubiera hablado, ya fuera a sus contemporáneos o a Dios? No podemos saberlo. El texto es sugestivo pero no concluyente.

Sin embargo, la Torá parece estar fijando un elevado estándar de vida moral. No es suficiente con ser recto si eso implica dar la espalda a una sociedad que actúa mal. Debemos tomar una postura. Debemos protestar. Debemos registrar nuestro disenso incluso si la probabilidad de lograr que alguien cambie de opinión es muy pequeña. Esto se debe a que la vida moral es una vida que compartimos con los demás. En cierto sentido, somos responsables por la sociedad de la cual formamos parte. No es suficiente con ser buenos. Debemos alentar a otros a ser buenos. Hay momentos en los que cada uno debe ser un líder.

Shabat Shalom


NOTAS

Ver Rambam, Mishné Torá, Hiljot Melajim 9:14. Rambam, comentario sobre Bereshit 34:13, s.v. Verabim.

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