La constante presencia judía en la Tierra de Israel – Parte II

13/12/2023

12 min de lectura

Una visión global de la presencia judía en la Tierra de Israel, desde el siglo XVI al XVIII.

El imperio otomano

El imperio otomano conquistó la Tierra de Israel de los mamelucos en 1517. En ese entonces, la población judía era de 5.000 personas, que constituían el 1,7% de la población total.(1)

Algunas comunidades judías no se vieron afectadas por la conquista, mientras que otras sufrieron la violencia y los robos. A largo plazo, la conquista otomana resultó ser benéfica para los judíos de la Tierra de Israel. A medida que se expandió el imperio otomano, los judíos sefaradíes que habían encontrado allí refugio tras la expulsión fueron libres para moverse dentro de sus fronteras. Algunos aprovecharon esa oportunidad para viajar a la Tierra de Israel y asentarse allí.

Jevrón

En el año 1540, llegó a Jevrón un grupo de judíos españoles que reforzó a la pequeña comunidad judía. El historiador Jerold S. Auerbach escribió:(2)

Un grupo de exiliados de España, acompañados por Menajem ben Moshé Bavli, un respetado autor de Bagdad, adquirieron un terreno en Jevrón de la comunidad caraíta local… Rav Malkiel Ashkenazi, su benefactor, compró un patio que se hizo conocido como "El Cortiyo- la corte de los judíos". Él también subsidió la compra de otros edificios alrededor de la sinagoga recién construida, donde se convirtió en el primer rabino de la comunidad restaurada de Jevrón. Conocido como un "destacado erudito, piadoso y santo", él alentó la migración de los eruditos de misticismo cabalístico de Tzfat, donde había estudiado antes de llegar a Jevrón.

El interior de la centenaria sinagoga Abraham Avinu en Jevrón. Fuente: Wikimedia Commons

Tzfat

Tzfat también experimentó el influjo de los recién llegados. Entre ellos estaba Rav Iosef Karo, el autor del clásico Código de la Ley Judía. En Tzfat lo nombraron miembro de la corte rabínica y fundó una academia talmúdica que atrajo muchos estudiantes.

Por la misma época Tzfat se volvió famosa como la ciudad de los cabalistas. Algunos cabalistas destacados que llegaron a Tzfat en el siglo XVI fueron Rav Shlomo Alkabetz, Rav Moshé Alshij y el más famoso de ellos, Rav Itzjak Luria, conocido como el Arizal.

Aunque nació en Jerusalem, el Arizal creció en la casa de su tío en Egipto, donde su madre se mudó tras el prematuro fallecimiento de su padre. Desde una edad muy temprana, fue reconocido como un prometedor erudito. Él estudió con los más grandes rabinos de Egipto. En la adolescencia, el Arizal comenzó a estudiar cábala, eventualmente desarrollando y popularizando su propio enfoque sobre las enseñanzas cabalísticas.

Rav Berel Wein escribió:(3)

Rav Itzjak llegó a Tzefat en el año 1570 para estudiar con el principal cabalista de la era, Rav Moshé Cordovero. Pero Rav Moshé falleció ese mismo año, y de inmediato Rav Itzjak heredó su manto de liderazgo cabalístico en el mundo judío… Rav Itzjak se alejó radicalmente de las tradiciones del pasado de la enseñanza de la cábala… [Él] introdujo una nueva teoría y forma de la cábala que conquistó el mundo judío y que se convirtió en la forma normativa de la cábala para los cuatro siglos siguientes.

Desafortunadamente la vida del Arizal duró poco menos de tres años tras su llegada a Tzfat. Pero su impacto sigue vivo. Sus estudiantes perpetuaron su legado, difundiendo sus enseñanzas en Tzfat y más allá.

La sinagoga sefaradí del Ari en Tzfat, donde dicen que rezó el Arizal. Fuente: Wikimedia Commons

Tiberias

Además de su desarrollo espiritual, la Galilea también experimentó un gran desarrollo físico en el siglo XVI gracias a los esfuerzos de dos famosos filántropos, Doña Gracia Mendez Nasí y su sobrino y yerno, Don Iosef Nasí.

La adinerada e influyente familia Nasí escapó de Portugal, donde habían sido obligados a convertirse al cristianismo, y retornaron abiertamente al judaísmo, asentándose eventualmente en Constantinopla, la capital del imperio otomano. Ellos se ganaron el favor del sultán Solimán el Magnífico y usaron sus conexiones para ayudar a sus hermanos judíos, especialmente a aquellos que eran perseguidos por la inquisición. Entre sus logros estuvo la reconstrucción de la ciudad de Tiberias, en las costas del Mar de la Galilea.

El historiador Cecil Roth escribió:(4)

En 1561… Don Iosef recibió del sultán una concesión sobre Tiberias y siete aldeas vecinas, aparentemente como una dependencia semifeudal, "convirtiéndolo en príncipe y gobernante sobre ellas", en palabras de una crónica judía contemporánea… El área en cuestión aparentemente estaba reservada para los judíos, quienes en última instancia predominarían en ella; pero este desarrollo aún estaba en el futuro. Lamentablemente, las condiciones exactas de la subvención no se han conservado…

Presuntamente, los Nasí le pagaron al sultán una gran suma y se comprometieron a un significativo tributo anual.

Imposibilitado de viajar él mismo a la Tierra de Israel debido a sus obligaciones comerciales y políticas, Don Iosef envió a su agente, Iosef ben Ardut. Roth continúa diciendo:(5)

Antes de partir a Palestina, probablemente en el verano de 1563, este último tuvo una audiencia con el sultán, quien lo recibió favorablemente y le dio una asignación [diaria]… Por lo tanto contaba con la autoridad de un oficial imperial, además de ser el representante personal de Don Iosef; y llevó con él una copia del decreto imperial y cartas para el gobernador de Tzfat y su superior en Damasco, ordenándoles que le brindaran toda la ayuda posible. Lo acompañaron algunas personas fieles que serían los pioneros del nuevo asentamiento…

Los recién llegados reconstruyeron las murallas de Tiberias, restauraron las casas abandonadas y limpiaron las ruinas. Ellos volvieron a abrir la antigua sinagoga.

Doña Gracia planeó mudarse a Tiberias y ordenó la construcción de una gran mansión fuera de las murallas de la ciudad. De las fuentes históricas no queda claro si realmente logró mudarse.

Medallón perteneciente a la familia Nasí. Fuente: Dominio público, vía Wikipedia Commons

Preocupado por la seguridad económica de la ciudad recientemente restaurada, Don Iosef estableció una industria textil en Tiberias, importando lana de España y facilitando la plantación de árboles de mora para la producción de seda. También fomentó la agricultura.

Roth escribió:(6)

Un viajero que visitó Tiberias en 1564 ofrece la imagen de una escena muy diferente a la desolación descripta por los piadosos peregrinos que estuvieron allí medio siglo antes. Él escribió que la ciudad de Tiberias se veía desde lejos; estaba tan cerca del Mar de la Galilea que una parte parecía estar hundida en el agua; era fuerte y estaba rodeada de muros sólidos. Había gran abundancia de palmeras datileras, naranjos y pinos. La exuberancia natural era tan grande que el olor de las plantas casi resultaba sofocante.

También la erudición judía se desarrolló en Tiberias. Muchos eruditos de Tzfat se reubicaron en Tiberias, con el apoyo completo de Doña Gracia.

Lo que ocurrió en Tiberias en las décadas siguientes no queda claro. Don Iosef intentó traer más judíos a esta comunidad floreciente, pero algunos grupos de judíos que iban rumbo a Tiberias murieron en el mar o fueron capturados por piratas y vendidos como esclavos. Se desconoce cuántos de los judíos que aceptaron la invitación de Don Iosef realmente llegaron a Tiberias.

En la Tierra de Israel, los recién llegados enfrentaron la hostilidad y la violencia de la población árabe y beduina. Algunos huyeron a destinos más seguros. Después de la muerte de Don Iosef, la comunidad judía de Tiberias lentamente fue deteriorando.

Pero los esfuerzos de la familia Nasí no fueron en vano. Más de un siglo después, la comunidad y su vibrante agricultura fueron reconstruidas por Rav Jaim Abulafia y sus seguidores, quienes llegaron a Tiberias desde Smyrna, Turquía, en el año 1740.(7) Rav Abulafia también abrió una academia talmúdica en Tiberias.

La sinagoga Abulafia en Tiberias, establecida en 1742 por Rav Jaim Abulafia, via Wikimedia Commons

Jerusalem

En el siglo XVII, las comunidades judías en la Tierra de Israel experimentaron varios trastornos, como ataques violentos, epidemias y hambruna. Sin embargo, hubo personalidades destacadas que dejaron sus tierras de nacimiento y viajaron a la Tierra de Israel.

Rav Ieshaiá Horowitz, conocido como el Shelá, llegó a Jerusalem desde Praga en 1621, cuando tenía 61 años. Ya era mundialmente famoso por su erudición, y de inmediato lo nombraron rabino de la comunidad ashkenazí de Jerusalem. Durante varios años enseñó y escribió sus influyentes obras en paz.

En 1625, el cruel gobernador local llevó prisionero a Rav Horowitz y a otros rabinos y pidió por ellos un rescate. Una vez rescatado, Rav Horowitz huyó a Tzfat y luego a Tiberias, donde falleció en 1630.

Otra persona importante que llegó a la Tierra de Israel fue Rav Iaakov Tzemaj, originalmente de Portugal. Él creció en una familia de conversos y escapó a Tzfat, donde se dedicó de lleno al estudio del judaísmo, eventualmente convirtiéndose en un erudito y maestro de Torá. En 1642 se fue a Jerusalem y abrió allí una academia talmúdica.

Tras el fallecimiento de Rav Tzemaj, su obra educativa fue continuada por Rav Iaakov Jaguiz, quien llegó a Jerusalem en 1658 desde Italia. Él expandió la academia y actualizó su currículo con el objetivo de brindar a cada estudiante una base sólida en el estudio de la Torá.

Si bien la tasa de inmigración judía a la Tierra de Israel en el siglo XVII disminuyó, volvió a activarse en el siglo XVIII. El profesor Jacob Barnai escribió:(8)

Hubo un movimiento constante de inmigrantes desde 1730 hasta fines del siglo… Los oficiales de Estambul no sólo permitieron la inmigración de miles de judíos a Palestina, sino que también la organizaron. Cada año hacían una lista exacta de los inmigrantes y potenciales inmigrantes de otros países, y cada verano alquilaban un barco, a veces varios barcos, para los inmigrantes y los peregrinos… Los barcos que partían desde Estambul generalmente llevaban entre 100 y 200 personas. Pero los barcos no partían sólo desde Estambul. Sabemos que hacia fines del verano partieron barcos desde Izmir, Salónica, Leghorn (Livorno) e incluso Ámsterdam. Es probable que cientos de judíos llegaran a Palestina cada año, algunos para establecerse allí y otros de peregrinaje.

Los recién llegados fortalecían las comunidades existentes, tanto económica como espiritualmente. Barnai sigue diciendo:(9)

Entre los inmigrantes había rabinos conocidos y judíos adinerados, que donaron mucho dinero a Palestina y entregaron sumas considerables al Fondo Estambul… El incremento de la inmigración de eruditos de la Torá llevó a que se construyeran ieshivot (academias talmúdicas) en varios lugares, especialmente en Jerusalem, en donde se concentraron varios cientos de eruditos de la Torá.

Si bien algunos inmigrantes llegaban por su propia cuenta, muchos siguieron a líderes apasionados que inspiraban a sus seguidores a cumplir el antiguo sueño de establecerse en la Tierra de Israel.

Uno de esos líderes fue Rav Iehudá HaJasid de Polonia, quien reunió 1.500 seguidores, el mayor grupo ashkenazí que se estableció en esos días en la Tierra de Israel. Desafortunadamente, 500 de ellos murieron durante el largo y difícil viaje.(10)

Rav Rabinowitz escribió:(11)

¿Qué fue lo que dio a los sobrevivientes la fuerza para continuar adelante y no caer en el pánico? La respuesta es Rabí Iehudá HaJasid, quien predicaba donde fuera que estuvieran con extraordinario entusiasmo y los inspiraba con sus poderosas palabras. En sus sermones, él alentaba a quienes lo escuchaban a arrepentirse y a comportarse de forma virtuosa.

Cuando el grupo llegó a Jerusalem en el 1700, prácticamente duplicaron la población judía de la ciudad. De inmediato comenzaron a construir casas y una sinagoga.

Pero los golpeó la tragedia. Rav Iehudá HaJasid murió cinco días después de haber llegado. Al quedar sin líder, los recién llegados no sabían qué hacer. Algunos regresaron. Otros se fueron a otras ciudades en la Tierra de Israel.

Aquellos que se quedaron siguieron construyendo, pero muy pronto se quedaron sin fondos. Desesperados, pidieron dinero prestado a los terratenientes árabes locales. Con el paso del tiempo, sus deudas seguían creciendo y sus acreedores comenzaron a perder la paciencia.

En 1720 se les acabó la paciencia. Los árabes locales atacaron a la nueva comunidad ashkenazí, destruyendo sus hogares y su sinagoga. Algunos miembros de la comunidad fueron arrestados y otros lograron huir. Durante el siglo siguiente, no permitieron que ningún judío ashkenazí se asentara en Jerusalem.

La sinagoga destruida se hizo famosa como la Jurva, la ruina. Esta luego fue reconstruida, destruida y nuevamente construida, y sigue siendo conocida como la sinagoga la Jurva.(12)

La Sinagoga la Jurva reconstruida en la Ciudad Vieja de Jerusalem. Wikimedia Commons

Otro líder que llegó a la Tierra de Israel con un grupo de estudiantes fue Rav Jaim ibn Attar, también conocido como el Or HaJaim, originalmente de Marruecos. Al llegar a Jerusalem en 1742 fundó una sinagoga y una academia talmúdica. Los edificios originales se encuentran en la Ciudad Vieja de Jerusalem, en una calle llamada Or HaJaim en su honor.

El interior de la sinagoga Or HaJaim en la Ciudad Vieja de Jerusalem. Fuente: dominio público, via Wikimedia Commons

Otra personalidad destacada que llegó a la Tierra de Israel a mediados del siglo XVIII fue Rav Guershon de Kitov, el cuñado del famoso Baal Shem Tov, el fundador del jasidismo. Aunque él llegó con su propia familia, su llegada no tuvo grandes repercusiones.

Rav Rabinowitz escribió:(13)

Tenían una vida tan ardua que Rav Guershon escribió en una de sus cartas: "No tengo ningún placer de mi vida en este mundo". Podemos asumir que las demandas materiales de Rav Guershon eran frugales, pero de todos modos sufrió la privación. Ni siquiera tenía un compañero de estudios ashkenazí y estableció lazos con la comunidad sefaradí. Sin embargo, él sirvió como un faro de luz para otros, una especie de fogata similar a la que se encendía para anunciar la luna nueva en tiempos antiguos. Su misma presencia en la tierra proclamaba a los demás que existía la obligación de hacer aliá(14) a la Tierra de Israel. En este sentido, podemos decir que su aliá fue equivalente a la aliá de decenas de miles. Y si él mismo no tenía placer de la vida en este mundo, por lo menos estableció las bases para el placer de muchos otros en la Tierra Santa, incluso en un sentido material.

De hecho, los jasidim (seguidores del Baal Shem Tov) siguieron el ejemplo de Rab Guershon, y lo que en un principio fue un goteo se transformó en una ola.

El primer grupo de jasidim se estableció en Tiberias a mediados del siglo XVIII. Entre ellos estaban Rav Najman de Horodenka y Rav Menajem Mendel de Premishlan.

Un grupo posterior, liderado por Rav Menahem Mendel de Vitebsk, se estableció en 1777. Rav Menajem Mendel, un respetado líder espiritual de los jasidim en Rusia, llego con 300 estudiantes. Su camino no fue sencillo. Lamentablemente, uno de sus barcos se hundió en el camino y treinta pasajeros se ahogaron.

Los sobrevivientes llegaron a Tzfat. Allí experimentaron el antagonismo del gobierno local y dificultades económicas. Rav Menajem Mendel y muchos de sus estudiantes decidieron mudarse a Tiberias. Algunos jasidim, liderados por Rav Abraham de Kalisk, decidieron quedarse en Tzfat.

En Tiberias, el grupo de Rav Menajem Mendel construyó una sinagoga, que siguió en uso hasta que hubo un gran terremoto en 1837. Posteriormente fue reconstruida por un grupo de jasidim Karlín-Stolin en 1870.

Rav Menajem Mendel era respetado no sólo por sus seguidores sino también por la comunidad sefaradí original. Él valoraba mucho la unión entre los judíos y mantuvo cálidas relaciones con los sefaradim. Su propio hijo se casó con una mujer sefaraditá.

A pesar de las dificultades que experimentó en la Tierra de Israel, Rav Menajem Mendel expresó su amor por la tierra y alentó a otros a asentarse allí. Rav Eliezer Melamed escribió:(15)

Quién puede saber cuán grande fue el impacto de que Rav Menajem Mendel llegara a vivir en la Tierra Santa sobre la comunidad jasídica general, especialmente sobre los judíos de Rusia. El ejemplo personal del gran sabio jasídico de esa generación que cedió a una vida cómoda y con gran sacrificio se fue a vivir a Israel, fue más efectivo que miles de sermones. Lentamente, poco a poco, la comunidad jasídica en la Tierra Santa comenzó a florecer y crecer. Esta fue la comunidad que sirvió como la base sobre la cual los jasidim reconstruirían después de que el terrible Holocausto destruyera a los jasidim de Europa.

De hecho, es posible que el hecho de que Rav Menajem Mendel se fuera a vivir a la tierra de Israel sembrara la visión de establecerse y nutrir la tierra de Israel en lo más profundo de los corazones de los judíos rusos, una visión que llevaría muchos años más tarde a la aparición de un movimiento de sionismo práctico liderado por los judíos rusos.

La tumba de Rav Menajem Mendel de Vitebsk en Tiberias. Fuente: James Emery de Douglasville, Estados Unidos, vía Wikimedia Commons

A pesar del influjo constante de nuevos inmigrantes, la población judía general en la Tierra de Israel no incrementó a finales del siglo XVIII. Las comunidades sufrieron varios desastres: un terremoto en Tzfat, plagas en Jerusalem y Aco, un líbelo de sangre en Jevrón, sequías y otras desgracias. Mucha gente murió y otros abandonaron la Tierra de Israel.(16)


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NOTAS

  1. Jewish Virtual Library, https://www.jewishvirtuallibrary.org/jewish-and-non-jewish-population-of-israel-palestine-1517-present, consultado el 13/11/2023.
  2. Jerold S. Auerbach. Hebron Jews: Memory and Conflict in the Land of Israel. Rowman and Littlefield Publishers, 2009. Pág. 40.
  3. Rav Berel Wein. Herald of Destiny: The Story of the Jews in the Medieval Era 750-1650. Shaar Press, 1993. Pág. 235.
  4. Cecil Roth. The House of Nasi: The Duke of Naxos. Greenwood Press Publishers, New York, 1948. Pág. 109.
  5. Ibid. Pág.112.
  6. Ibid. Pág. 118.
  7. Ibid. Págs. 134-135.
  8. Jacob Barnai. The Jews in Palestine in the Eighteenth Century: Under the Patronage of the Istanbul committee of Officials for Palestine. University of Alabama Press, 1992. Págs, 29-30.
  9. Ibid., Pág. 32.
  10. Ravi Chaim Dov Rabinowitz. The History of the Jewish People, volume 2. Moznaim, 1998. Pág. 261.
  11. Ibid.
  12. Ibid.
  13. Rav Chaim Dov Rabinowitz. The History of the Jewish People, volume 2. Moznaim, 1998. Pág. 267.
  14. El término "aliá", literalmente "ascenso", se refiere a la inmigración judía a la Tierra de Israel.
  15. Rav Eliezer Melamed. Menachem Mendel of Vitebsk: The Pioneering Rebbe. https://www.yeshiva.co/midrash/1566 on November 22, 2023.
  16. Jacob Barnai. The Jews in Palestine in the Eighteenth Century: Under the Patronage of the Istanbul committee of Officials for Palestine. University of Alabama Press, 1992. Pág. 32.
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