La vida es una lucha

2 min de lectura

Vaieshev (Génesis 37-40 )

Ideas claras y concisas sobre la parashá de la semana.

Nuestros sabios se preguntan: ¿Qué hizo Yaakov para merecer que Iosef, su hijo predilecto, fuera vendido como esclavo a Egipto?

La respuesta a esta interrogante se puede ver en el nombre de esta parashá: Vaieshev - “y Yaakov descansó”. Yaakov tuvo una vida muy dura: fue atacado por su hermano en el útero, escapó de la casa de sus padres sin un centavo, fue engañado para que se casase con una mujer que no amaba, su suegro deseaba matarlo, su hija fue violada, sus hijos mataron a una ciudad entera y eran buscados en Canaan, y su amada esposa murió al dar a luz. Podemos considerar que esto es una vida dura bajo cualquier estándar. Y entonces, Vaieshev - Yaakov quiso un descanso; relajarse y tener las cosas fáciles por algún tiempo. Pero de inmediato, dicen nuestros sabios, Iosef le fue arrebatado.

¿Qué hay de malo con tomarse un descanso? Por supuesto que todos necesitamos un descanso de vez en cuando. Los seres humanos no pueden funcionar sin algún tipo de relajación para aliviar el estrés diario. ¿Quién podría culpar a Yaakov, después de todo lo que había pasado, por querer relajarse un poco?

La respuesta reside en el propósito del descanso. ¿Acaso el descanso es el medio para un fin o es un fin por sí mismo? Dado que las vacaciones se acercan, la pregunta resulta muy apropiada. ¿Las vacaciones son un medio o un fin? ¿Son un descanso de la vida o son la vida misma? Conozco a mucha gente para quienes son esto último. El resto de la vida es sólo el intervalo que uno debe soportar entre las vacaciones. Eso no habla bien de la vida ¿no? “Me esfuerzo mucho durante el año para que una o dos veces por año me pueda escapar de aquel esfuerzo”. ¿Realmente queremos luchar tanto tan sólo para poder escaparnos de aquella lucha?

Nuestros sabios dicen que lo contrario es lo correcto. La vida es esforzarse. Así es como podemos transformarnos en mejores seres humanos. Es el esfuerzo mismo lo que tanto disfrutamos. Escapar de aquella lucha a veces es necesario, pero sólo para que podamos volver rejuvenecidos a la lucha. No vivimos para las vacaciones; nos tomamos vacaciones para que, al volver, podamos vivir realmente.

Yaakov quería escapar no porque necesitaba descansar, sino porque estaba cansado de seguir enfrentando la vida. Por eso Dios lo obligó a volver a la vida. Según el pensamiento judío, si dejamos de lidiar con la vida, nos transformamos en zombis, en vegetales andantes, y perdemos el tren por completo.

¡Les deseo felices vacaciones!

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